Productos de Jack Kelley

Jack Kelley navega por los Grandes Lagos de la misma manera que atraviesa el ciberespacio, rápida y ágilmente. Es tan hábil en la cubierta como lo es en línea.


“La emoción al navegar es lo que nos pone en comunión con fuerzas naturales”, dice el experto y ganador divisional de la Queen’s Cup y otras competencias por el Lago Michigan. “Y la emoción de las computadoras es lo que controla la tremenda cantidad de información”.

Kelley usa su conocimiento sobre informática como una fuerza impulsora detrás de muchos de sus diseños de muebles.

“Para diseñar las oficinas actuales, es necesario conocer cómo son las computadoras, y las personas que dependen de ellas”, dice.

Kelley hace mucho más que estar al tanto de los últimos desarrollos tecnológicos. Se sumerge en el mundo real, se encuentra cara a cara con las personas cuyas vidas ha tratado de mejorar.

Kelley se sintió cautivado por las computadoras en 1968, cuando trabajó en el Stanford Research Institute con Douglas Engelbart, inventor del mouse de la primera computadora del mundo. El mouse necesitaba un pad; por lo tanto, Kelley lo diseñó: el pad del primer mouse del mundo, una invención que le dio una gran satisfacción y una comprensión temprana de las complicaciones del trabajo en entornos informáticos.

“Para diseñar las oficinas actuales, es necesario conocer cómo son las computadoras, y las personas que dependen de ellas”.

- Jack Kelley

Hizo ese trabajo como investigador/diseñador para Herman Miller Research Corporation, presidida en ese entonces por Robert Propst, inventor de otro pionero a nivel mundial: el sistema Action Office. Kelley trabajó hombro con hombro con Propst durante la década de 1960 y a principios de la década de 1970, y desempeñó un papel central en muchos de los componentes de Action Office.

Durante esa época también se dedicó a la navegación, un pasatiempo que se complementa muy bien con su carrera de diseño industrial. Ambas actividades exigen una estricta atención al detalle, una comprensión de los obstáculos y una pasión por superarlos.

“No voy a tolerar algo que no funciona en un velero —admite— ¿por qué debería tolerar algo que no funciona en la oficina?”.

Kelley convierte esa intolerancia en productos funcionales y atractivos.

Después de más de 40 años de diseñar para Herman Miller, a una edad en la que muchos se sienten desbordados por el maremoto de los avances tecnológicos, Jack Kelley sigue montado la ola.